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Parece bastante original ¿no?
En cierta manera lo es, todo este rollo de las almas es fresco y nuevo. Aden es un chico adolescente que toda su vida ha tenido problemas gracias a las voces que escucha dentro de su cabeza. Las voces de 4 almas que viven con él desde que era un bebe.
Abandonado por sus padres pasa del orfanato a diferentes padres adoptivos y finalmente a varios centros de atención psicológica. Así, hasta que llega a un rancho de ayuda para adolescentes descarriados.
Es su última oportunidad para tratar de demostrar que es un chico normal y tiene que dejar de meterse en problemas para lograrlo. Si no, será internado en un hospital psiquiátrico.
Pero... ¿Una vida normal? Jaja, imposible.
Aden es un protagonista bastante bueno. Inteligente, valiente, practico, listo, bondadoso pero no tonto xD... y la co-protagonista Mary Ann también cumple con las expectativas. Sobre todo me gusto que ambos personajes no siguen el hilo común de estas historias... no daré spoilers xD.
Todo parece demasiado bueno ¿no?... Entonces, ¿Porqué no esta en mis favoritos?
Buuueeeeno, a pesar de que esta demasiado interesante todo lo anterior hay bastantes detalles que no me terminan de convencer xD. La autora intenta ser original con este nuevo mundo, pero a mi parecer se paso un poquito con tanto 'misterio' y con tanta sobrenaturalidad... en serio, metió a todas las criaturas habidas y por haber... vampiros, hombres lobo, hadas, brujas, duendes, zombis, fantasmas... wah, todo eso solo sirve para saturar la historia y hacer que la trama se complique demasiado.
Y pues al final, hay tantos problemas que realmente no supe cual era el peor jaja, y pues sí tiene sus partecitas dramaticas que estuvieron muuy bien, porque a pesar de todo esta historia esta narrada de una manera muy entretenida y descriptiva, tanto que en ningún momento te queda duda sobre lo que esta pasando.
Como dije, tiene sus pro's y sus contras pero es un libro ligero, divertido, con diálogos ingeniosos, personajes interesantes y el libro se acaba en un dos por tres.
Entonces, hizo algo que los dejó anonadados a los dos. Se puso de puntillas y le dio un beso en los labios.
—Gracias por volver a ayudarme.
Cuando ella quiso apartarse, él la agarró por los antebrazos y la mantuvo donde estaba. Tenía los ojos brillantes.
—La próxima vez que decidas hacer eso...
—¿Qué? ¿Tengo que avisarte?
—No —Contestó con una sonrisa—. Recréate.
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