¿Ahora si estas asustada?
Su voz sonó fría, sin inflexión, con un tono vago. Como si no le diera importancia, como si no hablara de nada, y al mismo tiempo como si preguntara todo. Un todo que ya no significaba nada para él. Decidí que lo mejor sería decir la verdad.
No.
Su única reacción fue levantar ligeramente la esquina de su ceja izquierda. Nada más, ni un parpadeo, ni una sonrisa. No tenía miedo, pero si no comenzaba a ser mas expresivo pronto lo tendría.
No estoy asustada, sorprendida si, desconcertada también, pero no asustada.
Esbozó una sonrisa amarga y aparto su mirada de mi, se concentró en desenvolver un pañuelo que traía guardado en el bolsillo de su chaqueta y en limpiar la sangre que había quedado en su mano. Después, con la misma tranquilidad, avanzó hasta el cuerpo sin vida y sin siquiera parpadear saco el cuchillo que había encajado con precisión en su pecho momentos antes. Inmediatamente comenzó a salir más sangre y él se retiró rápido sin manchar sus zapatos.
Deberías. Tal vez solo estas en shock, en unos momentos te entrará el pánico... pero no te preocupes, para ese momento ya no estaré aquí.
Su voz me sobresalto en un inicio, y cuando capte el significado de sus palabras sentí un entumecimiento frío que hizo que me temblaran las manos.
No estoy en shock, sé lo que es estar en shock. Solo sorprendida y desconcertada, ya te lo dije. No me sorprende lo que hiciste, me sorprende y desconcierta tu reacción. O tu falta de ella mejor dicho. Yo suponía... pensé... que tu eras el héroe, no lo eres ¿cierto?
La risa que soltó a continuación si me asusto un poco, o más bien mucho, pero trate de disimularlo lo mejor que pude.
¿Yo el héroe? ¿En serio?
Reía con un tono grotesco, insultante.
No podrías ser más ingenua.
Finalmente me miró de nuevo y comenzó a acercarse. Requirió de toda mi concentración el permanecer ahí, firme, ahuyentando la necesidad de salir corriendo.
Pero, dime... ¿Qué tienen de malo los villanos? En realidad los héroes están sobre-valorados.
Estaba justo frente a mí, si levantaba mi brazo podría tocar su rostro, o perder el brazo.
Los héroes salvan vidas.
Mi voz se quebró a mitad de la frase y quise morderme la lengua cuando él sonrió satisfecho.
Tal vez... de tu común punto de vista.
Fruncí el ceño, ¿Me acaba de llamar común y corriente? El brillo malicioso en sus ojos me indicó que si.
Pero, los villanos hacemos más que eso. Oh si, mucho más. Los villanos cambiamos vidas, para bien o para mal, tenemos más poder. Un héroe va contra los obstáculos que ponemos nosotros, un héroe no puede predecir nuestros actos ni sus consecuencias, un héroe no es nada sin un buen villano. No hay villano que sea estúpido y si lo hay, no pasa nada. En cambio si un héroe es estúpido... bueno.
Parpadee cada vez más nerviosa por su cercanía.
Parece genial ser un villano.
Lo es.
Negué con la cabeza. Este tema de los villanos y los héroes no me termina de gustar, me suena a simples tonterías para niños. Así no es la vida real, así no puede ser en la vida real.
Nada de eso es verdad, si fuera así tu y yo seríamos... enemigos.
A pesar de todo lo que ha pasado, esa palabra me dolió casi físicamente.
El villano de tu historia no siempre es tu enemigo, muchas veces es tu mejor aliado.
¿Tú eres mi mejor aliado?
No. No... yo no... no debería aparecer en tu historia, no puedo ser tu villano
No, no puedes. Aunque lo intentes no puedes... pero tal vez la nuestra no es una historia de villanos. Tal vez, es una historia de héroes...
Ya te lo dije, yo no puedo ser...
Lo sé, pero yo si puedo ser tu heroína.
Me aproveche de su cercanía y de su sorpresa.
Tome sus mejillas entre mis manos y me impulse para besarlo. Cuando mis labios estuvieron sobre los suyos me sorprendí tanto de que hubiera funcionado que tarde un segundo en darme cuenta de que me estaba besando de vuelta.
Primero sus manos rodearon mi cintura y yo rodee su cuello, nuestras bocas se buscaban, se encontraban y volvían a rebuscarse, reconociéndose una a la otra y casi pidiendo disculpas por la espera. Después se inclino para abrazarme más fuerte contra él, sentí sus brazos fuertes en mis costillas, su pecho contra mi pecho y cuando se enderezó mis pies dejaron de tocar el suelo.
Estábamos tan cerca, adoré la suavidad de su cabello y la aspereza de su mejilla cuando nos separamos para respirar y el hundió su cara en el hueco entre mi hombro y mi cuello. Cuando comenzó a depositar suaves besos en mi piel, saboreandola a momentos, tuve que rodear su cintura con mis piernas y apretar mis puños en sus hombros.
Esto no esta bien... no debería...
Sus voz me sonó suave y aterciopelada, un poco ronca y totalmente embriagante. Lástima que sus palabras fueran en el sentido contrario.
Esto esta muy bien.
Y para convencerlo totalmente lo atraje de nuevo a mis labios, pero antes de besarnos lo mire directamente a los ojos.
No digas que esta mal, porque no lo esta.
Y lo bese de nuevo. Nos incendiamos de nuevo. Nos abrazamos y juntamos tanto que llegue a sentirlo como parte de mi, su esencia sobrepaso mis barreras y se resguardo en ese pedacito de mi alma de dónde nunca podría salir, lo sentí cálido ahí y supe que mientras estuviera conmigo nunca volvería a sentir frío.
Me aproveche de su cercanía y de su sorpresa.
Tome sus mejillas entre mis manos y me impulse para besarlo. Cuando mis labios estuvieron sobre los suyos me sorprendí tanto de que hubiera funcionado que tarde un segundo en darme cuenta de que me estaba besando de vuelta.
Primero sus manos rodearon mi cintura y yo rodee su cuello, nuestras bocas se buscaban, se encontraban y volvían a rebuscarse, reconociéndose una a la otra y casi pidiendo disculpas por la espera. Después se inclino para abrazarme más fuerte contra él, sentí sus brazos fuertes en mis costillas, su pecho contra mi pecho y cuando se enderezó mis pies dejaron de tocar el suelo.
Estábamos tan cerca, adoré la suavidad de su cabello y la aspereza de su mejilla cuando nos separamos para respirar y el hundió su cara en el hueco entre mi hombro y mi cuello. Cuando comenzó a depositar suaves besos en mi piel, saboreandola a momentos, tuve que rodear su cintura con mis piernas y apretar mis puños en sus hombros.
Esto no esta bien... no debería...
Sus voz me sonó suave y aterciopelada, un poco ronca y totalmente embriagante. Lástima que sus palabras fueran en el sentido contrario.
Esto esta muy bien.
Y para convencerlo totalmente lo atraje de nuevo a mis labios, pero antes de besarnos lo mire directamente a los ojos.
No digas que esta mal, porque no lo esta.
Y lo bese de nuevo. Nos incendiamos de nuevo. Nos abrazamos y juntamos tanto que llegue a sentirlo como parte de mi, su esencia sobrepaso mis barreras y se resguardo en ese pedacito de mi alma de dónde nunca podría salir, lo sentí cálido ahí y supe que mientras estuviera conmigo nunca volvería a sentir frío.
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